Celebración por los 13 años de Nudo a Nudo
El centro barrial Nudo a Nudo cumple 13 años de vida y sus integrantes organizaron un encuentro para los residentes en toda la zona de Laura, sean o no concurrentes al merendero y comedor, que funciona en la sede de la Sociedad de Fomento, en Dufourq 2161.
Las actividades se desarrollarán hoy, desde las 17 y hasta las 20, en el playón ubicado en Hipólito Yrigoyen y Falucho.
Habrá un torneo de fútbol, juegos y misa, y además se compartirán alimentos. Se contará con la presencia de Familia Grande Hogar de Cristo, de Bahía Blanca.
“Vení a disfrutar de los 13 años de Nudo a Nudo junto a nosotros”, dice la invitación que promocionaron sus referentes.
Precisamente una de ellas, Rocío Zamora, dijo a La Nueva. que “estos 13 años encuentra a la institución en un momento de crecimiento. Al ser un centro barrial nos damos cuenta que tenemos que ir abriendo la visión para hacer más cosas, más actividades, para atender la situación de los chicos que van llegando con diferentes problemáticas, dolores y alegrías”.
“Siempre estamos pensando en cómo seguir adelante, en la forma de mejorar, con todos los esfuerzos y capacidades para ofrecerles lo mejor a los chicos, niños y adolescentes, que se acercan en búsqueda de un espacio que los contenga y los escuche”, expresó.
Este sábado, continuó, para conmemorar el aniversario, se hará un festival con música, fútbol y la visita de Familia Grande que “viene trabajando con todo lo que es el consumo problemático. En la misma se va a bendecir a la institución, al barrio y a las familias. Luego vamos a disfrutar, comer todos juntos y compartir un buen momento”.
Zamora sostuvo que los integrantes de Nudo a Nudo entienden que deben apostar a más y para eso es necesario sumar a la gente del barrio, al tiempo que expuso que se requiere del apoyo de toda la comunidad. En este último aspecto, indicó que necesitan donaciones de alimentos para las meriendas que se sirven de lunes a sábados; los desayunos, los lunes, miércoles y viernes; y los almuerzos, los sábados.
“Nos cuesta un montón reunir los alimentos. Algunas mamás elaboran cosas ricas para servirle a los chicos, pero la realidad es que siempre hace falta porque cada vez son más los jóvenes que se acercan a la sede”, comentó.
“Todo el tiempo llega gente. Vienen niños y también adultos, que necesitan comer porque hay hambre. Nosotros pensamos que el hambre es lo que luego hace aparecer otras cosas en el barrio, como el consumo y los robos. Gente que antes no venía, ahora aparece a los almuerzos. Los chicos están pasan más tiempos en estos espacios donde saben que van a comer porque en la casa no tienen la posibilidad de acceder a los alimentos. La gente está eligiendo cuándo comer. Es un montón. No está bueno que se tenga que elegir cuándo comer, sino que se tenga la posibilidad de comer cuando que se quiere y no cuando se puede. Hay una gran diferencia entre ambas cosas. Y lamentablemente hoy muchas personas comen cuando pueden”, relató.
Manifestó que “es una realidad muy fuerte, dura, también para nosotros porque tenemos que analizar, con lo que tenemos, si entregamos mercadería o la elaboramos para que vengan al comedor comunitario. A veces no sabemos que es lo más conveniente, pero sí entendemos que las dos cosas son dolorosas. Una alternativa es que la familia se siente a comer a la mesa, en su hogar, y la otra que comparta en este espacio de la institución”.
Fuente La Nueva